Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. hay quienes luchan muchos años, y son muy buenos. Pero los hay que luchan toda la vida, esos son los imprescindibles. - Bertolt Brecht -

miércoles, 16 de marzo de 2011

MANUEL TORÍO PEREZ

El 17 de Julio de 1936 se inicia la sublevación de los generales fascistas contra el Gobierno de la República. A partir de esos momentos se produce una durísima y sangrienta represión por parte de algunos afectos al triunfante régimen fascista; torturas, cárcel y asesinatos cometidos con total impunidad contra peronas cuyo único delito era pensar diferente y creer en una España no dictatorial. La tragedia de la Guerra Civil supuso para la Tierra de Campos, como para otras zonas, la eliminación por muerte violenta de muchas personas. Estos asesinatos fueron acompañados de la desaparición física, la mayoría de los familiares no saben donde están los restos o tiene vagas ideas del lugar donde pueden encontrarse. Una de esas personas que se ha pasado la vida entera buscando a su padre, pues tiene ahora 81 años y 12 cuando fusilarón a su padre prácticamente delante de sus narices, es mi amona.
Todavía hoy en la prensa tenemos que leer noticias que no auguran un futuro prometedor para todas estas personas que viven una situación parecida a la de mi amona. Como os he dicho, tiene 81 años y no espera a estas alturas obtener ningún dato. Lo remarco, ninguno, pero eso no significa que hasta el último de sus días no siga investigando, no siga peleando contra un gobierno que no sabe ni de donde le viene el viento y contra unos medios de comunicación que le siguen los pasos.
Yo, como es lógico no he conocido a ese hombre que quiero más que a nadie en el mundo y, aún hoy, vive en la memoria histórica y sentimental de mi abuela labrando las eras de sol a sol, y dejándose las uñas por darles algo que comer (normalmente eran piedras, no daba para más) para terminar una mañana de febrero fusilado.
Estas palabras son para él:

No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.

Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.

Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estas rodando por el suelo.

No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.

Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas secas y calientes.

Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte.

Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos adamios de las flores
pajareará tu alma colmenera

de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorador labradores.

2 comentarios:

  1. Espectacular aporte Eneko, la verdad es que me ha conmovido... Muy bueno y mucha razón que tienes. Probablemente ningún gobierno hará nunca justicia a los que se llevaron, pero da gusto que estos persistan en nuestra memoria: de la manera que tu los traes, los haces perdurar y los proyectas hacia el futuro.

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  2. Tus palabras son el mejor tributo posible a toda esa gente desaparecida, y también a tu amona y tantos y tantos como ella. Enhorabuena, Eneko.

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